Problemas del oído

Siempre te preguntan cuando llegas a la consulta del médico la razón de tu visita, y tenés que contestar delante de otros y a veces esto resulta desagradable.

No hay nada peor que una recepcionista que te pide que le digas qué te pasa en una sala de espera con otros pacientes desconocidos.

Una vez entré a una consulta estando la sala de espera con gente, me acerqué a la recepcionista (muy poco simpática por cierto):

  • ¡Buenos días, señorita!

La Recepcionista me dijo:

  • Buenos días, señor, ¿Por qué quiere ver al doctor ?
  • Tengo un problema con mi pene, le conteste.

Como algunos se rieron, la recepcionista se irritó un poco y me dijo:

  • -Perdón, pero usted no debería  decir cosas como esas delante de la gente. 
  • -¿Por qué no?, si usted me preguntó qué me pasaba y se lo dije.

 La recepcionista -sonrojada- me dijo:

  • Podría haber sido más disimulado y decir por ejemplo que tenía irritado el oído, y luego  discutir el problema con el doctor más tarde en privado.

Y yo le contesté :

  • ¡Y usted no debería hacer preguntas delante de extraños, si la respuesta puede molestar! 

Entonces, decidí sonreírle, salír de la sala de espera y  volver a entrar:

  • Buenos días, señorita!

La recepcionista se sonrió socarronamente y preguntó:

  • ¿Sí... qué lo trae hasta aquí? 
  • Tengo problemas con mi oído.

La recepcionista asintió y se sonrió, viendo que había seguido su consejo…, pero no pudiendo con su genio volvió a preguntarme :

  • Y… ¿Qué le sucede a su oído, señor?
  • Que me arde al mear. 

El Genio

Una pareja estaba jugando al golf, en un campo muy distinguido rodeado de bellísimas mansiones.

En el tercer golpe, el marido le dice a la mujer:

  • Querida, ten cuidado al pegarle a la pelota, no sea que la mandes a una de esas casas y rompas un vidrio. Costaría una fortuna repararlo. 

No alcanzó a terminar la frase cuando ella da un golpe y zaaasss!!! la pelota se va directamente contra la ventana de la mejor casa.

El le reprocha:  - Te dije que tuvieras cuidado. ¿Y ahora qué vamos a hacer?

Luego, ya más tranquilo el marido le dice:


  • Vamos a pedir disculpas y ver cuánto nos va a costar el arreglo. 

Van hasta la casa, golpean y desde dentro una voz responde:


  • Pueden entrar, la puerta está sin llave.

Abren la puerta y ven todo el vidrio disperso por el piso,una botella rota cerca de la mesa y a un hombre con aspecto distinguido sentado en un sillón que les dice:


  • - ¿Ustedes son los que rompieron la ventana?
  • - Sí... -responde el marido con timidez- y lo sentimos mucho. Queremos pagar el daño.
  • - De ninguna manera soy yo el que debe de agradecerles. Soy un genio que estuvo preso en esa botella durante miles de años. Ustedes me liberaron. Por eso puedo concederles tres deseos: Le doy uno a cada uno y me guardo el tercero para mí.
  • - ¡Que bien! dice el marido, yo quiero un millón de dólares cada año, durante el resto de mi vida.
  • - No hay problema. Es lo menos que puedo hacer por mi libertador, responde.
  • - Yo quiero una casa en cada país del mundo -agrega ella.
  • - Tu deseo está realizado.
  • - ¿Y cuál es tu deseo, Genio? -pregunta intrigado el marido-.

El genio, se toma unos segundos y dice:

  • Desde que quedé preso en esa botella, hace miles de años, no tuve oportunidad de tener sexo. Mí deseo es acostarme con tu mujer porque siempre soñé hacerlo con la primera mujer que viera.
  • Bueno querida, nos ganamos un montón de dinero y todas esas casas. No sé que piensas tú, pero es sólo por hoy. Creo que no está pidiendo mucho.

La mujer asiente entusiasmada... -pensando que el tipo no está tan mal después de todo.

El genio la lleva a un cuarto y pasa alrededor de tres horas con ella dándole con todo.

Al finalizar, mientras se visten, el genio la mira y le pregunta:


  • Tengo curiosidad, dime ¿cuántos años tiene tu marido?
  • Treinta y cinco -responde ella-. 


¡Caray! dice él... ¿Tan viejo y todavía cree en genios?

Me voy caminando

Un señor, hace parar un taxi y le pregunta al chófer:

  • ¿Cuanto me cobra por llevarme al aeropuerto?
  • 50 pesos
  • ¿Y las maletas?
  • Se las llevo gratis
  • Entonces me voy caminando usted, por favor, lleve las maletas.

Adios Papá

Una noche, un padre escucha mientras su hijo reza: Dios bendiga a mami, a papi y a la abuela. ¡Adiós abuelo!

Al padre le parece extraño, pero pronto se le olvida. Al día siguiente, el abuelo muere. Seguro fue una casualidad, se dice el padre.

Casi tres meses después, el padre escucha mientras su hijo reza antes de dormir: Dios bendiga a mami y a papi. ¡Adiós abuela!

Al día siguiente, la abuela muere. Ahora el padre se encuentra hondamente preocupado, sospecha que el pequeñín tiene un don especial, poderes extrasensoriales que la ciencia y la razón no pueden explicar .

Pero más se precupa cuando dos semanas después escucha de nuevo al hijo mientras reza de noche: Dios bendiga a mami. ¡Adiós papá!

Al padre casi le da un infarto cuando lo escucha pero lucha por guardar la calma; respira hondo y se dice a sí mismo que puede haber una oportunidad.

No lo comenta con nadie, pero pasa la noche en vela, pidiendo perdón por todos sus pecados; se baña, desayuna bien temprano y se va directo al trabajo para evitar accidentes con las mamás que en el último minuto llevan a sus hijos a la escuela mientras hablan por celular y se maquillan.

Se queda todo el día trabajando y cena en el trabajo. Regresa a su casa recién pasada la medianoche y ¡Sigue vivo!

Cuando llega, lo primero que hace es disculparse con su mujer: Perdóname cariño ¡Tuve un día terrible!

-¿Qué tú tuviste un día terrible? -reclama su esposa- El de nosotros fue peor! ¡Hoy el lechero se murió en la puerta de la casa...!

Celos...

Una mujer, celosa ella, le pregunta a su esposo:

  • Amor... ¿Con cuantas mujeres has dormido?

El marido le responde:

  • Sólo contigo... ¡Porque con las otras no me da sueño!

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