Un abogado está parado ante San Pedro, quien lee un listado de sus pecados:
- Defender a una compañía que produjo la destrucción de una ciudad completa por contaminación ambiental habiendo pruebas contundentes de la culpabilidad de la misma.
- Defender a un peligroso asesino, obviamente culpable, por ser un buen cliente y ofrecer una paga sustanciosa.
- Recargar las cuentas de los clientes, etc, etc, etc…
El abogado, en pos de defenderse, le dice a San Pedro:
- ¡Eh, está bien! ¡Acepto los cargos! ¿Pero qué hay de las obras de bien que he hecho en mi vida?
San Pedro mira en otro listado y dice:
- Sí, es cierto, veo que en una oportunidad le dio 10 centavos de más a su lustrabotas… ¿es eso cierto?
- ¡Cierto!
- Y aquí ¡veo que en otra ocasión le dio 5 centavos a un mendigo… es eso cierto?
- ¡Si señor!
Entonces San Pedro mira al ángel que tiene al lado y le dice:
- ¡Está bien, consíganle 15 centavos y que se vaya al infierno!