El mozo, con lógica curiosidad, le pregunta:
- Disculpe, señorita, pero me llama la atención esa flor hecha de ese material. ¿De dónde sacó semejante adorno?
- Señor, me la dio un genio que encontré adentro de una botella...
- ¿Un genio en una botella? ¿Usted me vio cara de pelotudo...? ¿Piensa que me voy a creer eso...?
Incrédulo, el mozo frota la botella y aparece un genio y le dice: Tienes un deseo concedido.
El mozo sin pensar mucho dice: ¡Quiero un millón de pesos!
El genio vuelve a esconderse en la botella y, de pronto, el bar empieza a llenarse de quesos. Cientos, miles de quesos de todo tipo van apareciendo.
El mozo se desespera:
- Pero... ¿Qué me entendió este genio idiota, es boludo o sordo? ¡Le dije PESOS, no QUESOS!
- ¿Y usted se pensaba que yo le había pedido una FLOR DE LIJA?