Verdaderamente ella estaba convencida de que su esposo la engañaba con Janet la bonita empleada de la casa.
Para salir de dudas, preparó una trampa para atrapar a su marido engañándola. Le dió licencia a su empleada en el fin de semana sin avisarle a su esposo.
En la noche cuando el matrimonio se fué a la cama, el esposo le comentó la historia repetida, que la disculpara pues se sentia mal del estomago. Iba a salir a tomar un poco de aire y volveria para acostarse.
El tomó el camino del baño primero y su mujer salió rápidamente al corredor, subió las escaleras, y se acostó en la cama de la empleada.
Al poco tiempo de apagar la luz, entró el hombre silenciosamente y sin pérdida de tiempo, se metió en la cama y le hizo el amor con gran fogosidad. Los dos gemian de placer. Cuando terminaron, la mujer todavia muy agitada le dice:
- ¡Tú no esperabas encontrarme en esta cama! ¿No es así querido? ...y encendió la luz.
- ¡Sinceramente no patrona...! dijo el jardinero