Un joven, al estar con su novia en un parque, dentro de un auto, le ruega, lloriquea y pide por lo que más quiera que se deje hacer el amor, pero la chica no accede.
Finalmente el joven le dice: ¡Anda mujer! ¡Sólo voy a meter la mitad!
Ella, por fin convencida, acepta, diciéndole: Bueno, pero sólo la mitad... Promételo.
El joven acepta y se lanza sobre ella desesperado e introduce todo lo que tiene. La chica, al sentir la embestida, goza tremendamente y le dice a su novio: ¡Métemela toda! ¡Métemela toda!
El novio, algo avergonzado, tratando de salvar su orgullo, le dice:
¡Ah No! Promesas son promesas.