Según investigaciones realizadas por el agente secreto Cavic, se pudo comprobar que el rengo Peñaflor y el francés Termidor raptaron a la señorita de la Colina hija de don Valentín y nieta de don Giol, la bajaron del Castel Chandon, con la ayuda de Luigi Bosca.
Acto seguido la subieron a un Michel Torino y tomando por la cuesta del Parral pasando por el viejo viñedo, atrás de los Alamos, llegaron a un rincón famoso pegado a la casa de Troya.
La ataron con las Navarro Correas y despues, le bajaron los Carcassone, le abrieron las Gambas de Pernice y sacándole el Nebiolo espumante, en presencia del Barón de Alcantara, le hicieron trapiche la Caroyense.
Vieron que todo eso era color rosado y uvita de oro tatatata, le dieron por el cuyanito hasta el Fond de Cave, dejándoselo como un Valderrobles. ¡Hasta vino Pangaro a ver que pasaba!
Y mientras sentía el cuerpo de Baco grande como el de un Aberdeen Angus, se veía que gozaba como Fillipini gritando ¡meta vivir nomas!
En momentos, se comprobó que tal señorita no era una Santa Ana, y que estaba mas que acostumbrada al Concha y Toro.
¡Hip!